ARTÍCULO GURUDEVA ATULANANDA


La vida sexual en el matrimonio Vaishnava
- Atulananda Das -




Sin duda mucho se puede hablar sobre este importante tema. Sabemos que Srila Prabhupad y las escrituras solo autorizan la vida sexual con el único propósito de procrear.  Sin duda es ésta su verdadera finalidad y la única forma de que sea un acto puro. Pero también es una realidad que este principio es muy difícil de cumplir, hasta el punto que por tratar de observarlo, muchas veces se pone en peligro la vida matrimonial. Las parejas piensan incluso en separarse por no sentirse bien acompañadas en la vida espiritual, separación que a veces llega a concretarse, pero para más adelante iniciar una nueva relación por no estar aún preparados para una renuncia total.
La verdad es que varias veces pensé sobre este asunto, viendo la realidad de que lo Vedas son muy amplios y dan espacio a todo aquel que se acerque a la vida espiritual.Mi respuesta fue que este principio exigido por Srila Prabhupad era solo para devotos de muy alta elevación, no es para cualquiera. Es un hecho que hay distintos niveles en la vida espiritual y que si uno solo autoriza el sexo para procrear, eso va a desanimar a muchos que se van a sentir faltando a la religión y al maestro espiritual.  Sin duda esto es verdad. Sin duda uno comete una falta que frena nuestro avance espiritual al hacer esto, pero peor es dejar el proceso por no estar siguiendo al pie de la letra este principio. Debemos esforzarnos por servir y complacer a Krsna aunque al principio nuestros intentos estén llenos de defectos.
Recuerdo que una vez dos grhasthas se acercaron a Gurudeva Paramadvaiti confesándole que se sentían muy mal porque estaban rompiendo principios. Gurudeva Paramadvaiti les preguntó qué principio estaban rompiendo y ellos le dijeron que estaban teniendo vida íntima con sus esposas. La respuesta inmediata de Gurudeva me sorprendió mucho y la aprecié sobremanera por su gran amplitud de criterio. El dijo: “si se están relacionando con sus esposas eso no rompe los principios porque no perturba la sociedad, al hacer esto retrasan su avance espiritual, pero no es algo que cause gran perturbación”.
De esta manera, él dejó este tema más a la opinión de cada uno, a su capacidad individual o como pareja. Por ello ahora me inclino por pedir fidelidad en el matrimonio, tener una sola mujer o un solo hombre.  Este principio de monogamia también es aceptado como ser, en cierta medida, un brahmacari, porque no es un principio fácil de llevar. La vida está llena de tentaciones y de posibilidades. Tenemos la tendencia oscura a engañar, maya es poderosa y nos puede parecer muy atractivo hacerlo, pero las consecuencias nefastas no se dejan esperar.
Hay un castigo de la naturaleza para el que es infiel. Pierde su voluntad y veracidad. Abre las puertas a una ilimitada lujuria, que es el verdadero fuego de este infierno. La persona infiel, al igual que el mentiroso, no puede confiar ni en sí mismo. Pierde su palabra, su carácter y personalidad. Cae en muy turbias aguas, difíciles de abandonar.  Lo peor, lo más triste, es cuando hay hijos. Qué horrible debe ser estar engañando a la persona que uno ha traído a su vida, esposa o esposo,  jurándole mil veces antes que nunca la va a engañar. Creo que a estas alturas, aunque duela decirlo, pedir estricta monogamia y cumplir en verdad con ello ya es un gran logro.
Otro punto importante es que no debemos darle mayor importancia a la vida sexual. Jamás debe ser el centro de nuestra vida. Recuerdo que en mi juventud existía una pregunta frecuente entre los jóvenes, pregunta que hoy debe resultar hasta irrisoria: “¿Qué piensas de las relaciones prematrimoniales?”  Era una pregunta, como digo, bastante común y osada, pues se suponía que al menos la mujer debía llegar virgen al matrimonio. Siempre consideré que si se le pide esto a la mujer, lo mismo debe ser para el hombre.  Yo creo que para todos sería lo más maravilloso casarse con alguien que no tuvo relaciones antes. Esto era lo común algunos buenos años atrás. Recuerdo que en esa época algunos defendían las relaciones antes del matrimonio aduciendo que era importante saber cómo era la pareja en la intimidad, ya que iban a estar toda una vida juntos. Siempre consideré esta idea de lo más abominable. Dejar de querer a una persona porque no me agrada como es en la intimidad. Eso es llevar muy abajo una relación.
Como dije antes, la vida sexual en la pareja nunca debe ser lo primordial. Más bien es algo que debemos tratar en lo posible de dejar.  Un médico le dijo una vez a mi esposa: “Me gusta mucho como son ustedes los devotos, ustedes regulan su vida sexual. Yo con mi esposa teníamos mucha vida sexual, de diversas maneras, hasta que encontré que me estaba engañando con mi vecino…” De esta manera podemos ver que relaciones promiscuas solo incrementan la pasión, se pierde el respeto, la pureza y la paz.
Marido y mujer deben ayudarse a dejar de lado este deseo. Pero cuando uno de los dos está muy perturbado por éste, pienso que su pareja lo debe satisfacer, pero siempre con la idea de un día quedar para siempre libre de él.
Srila Prabhupad dice que la perfección del matrimonio es cuando ya no hay vida sexual. Esto es algo en realidad muy bueno. Poder ver a la pareja como un verdadero compañero y amigo en la senda espiritual. No olviden que con ese propósito nos casamos en la familia vaisnava. Cuando un devoto y devota se casan es con la idea de mantener siempre a Krsna en el centro, como la única finalidad de sus vidas y conducir a los hijos que Krsna les confíe hacia ese mismo fin. No hay que olvidar esto. Tú no te casaste con la persona que te prometió mucha vida sexual, sino con la que te ofreció acompañarte en la vida espiritual. No olviden que el deseo sexual y la vida sexual son la gran cadena que nos mantiene atados a este mundo.
La vida sexual te esclaviza al concepto corporal. Te aleja demasiado del elevado y bello concepto del alma. En cambio los célibes viven en un mundo muy superior. Ellos pueden abrir  de par en par las puertas a la práctica espiritual, a los conceptos filosóficos, a la más elevada verdad. La vida sexual te obliga a centrarte en una casa, en la privacidad, en la propiedad privada, en tu cuerpo, etc., difícilmente puedes preocuparte por el bien de los demás. Como bien dijo la diosa Sati a su padre Daksa en el Srimad Bhagvatam: “¡Oh, ni tú, ni tus aduladores, saben del goce de los que no amarra el apego!”
En el mismo Srimad Bhagavatam se dice que las esposas de los devas quedan insatisfechas en sus moradas después del acto sexual. De esta manera, el sexo es un gran engaño, y verán que éste solo es promocionado por engañadores y engañados, pero nunca por personas puras y sabias, amigas de todos, que son a las que en realidad queremos seguir.La pareja grhastha debe estar siempre orando por dejar este deseo y poder pasar a un nivel muy superior en que los sentidos están más aquietados y uno puede consagrarse mejor a lo espiritual.


Algo importante que considero deben tener presente es que al volverse padres de sus hijos deben tener una vida muy ejemplar. Una vida sana y armoniosa. Que los padres no pierdan el tiempo teniendo sexo por el computador. Chateando con desconocidos del sexo opuesto, viendo lo que no hay que ver, etc. Si son padres, son gurus. Son gurus. No olviden esto. El matrimonio es algo sagrado, muy sagrado. Deben sentir mucho amor por su pareja y avanzar hacia Krsna. Deben estar muy unidos porque son muchas las pruebas y dificultades de la vida, ya sea en la relación como pareja o en el cuidado y educación de los hijos. Se necesita mucha energía, mucha voluntad, mucha inteligencia y buena disposición para llevar una familia adelante. Es como ser presidentes de templo. Por ello los grhasthas deben visitar y apoyar los templos, asociarse con sannyasis y maharanís, etc. Hacer todo lo conveniente para un sano y alegre avance espiritual. “La familia que ora unida, permanece unida”. Krsna nos pone grandes desafíos para obligarnos a crecer.


Le deseo lo mejor a las parejas de grhasthas. Que puedan llevar bien a cabo su tan importante misión. Que sean unidades de ayuda y de amor puro hacia los demás. Los grhasthas son los padres amorosos de la sociedad.Con mis mejores deseos, queda este intento de sirviente,
Atulananda das.